En su primera versión que data de 1985 a agosto de 1990.
Contaba con un motor de 1.300cc al que acompañaba un turbo marca Ihi combinado con un intercooler aire-aire, logrando una gran empuje, ya que no hay que olvidar que estamos hablando de un modelo de 105cv y unos 800 kgs de peso.
Alcanzaba los 100km/h en menos de 9 segundos y una punta que flirtea con los 200km/h.
En 1990 se introdujo el fase 2, que contaba con un motor que elevaba su cilindrada hasta los 1372cc que contaba con inyección multipunto MPI y el turbo pasaba a ser un radical Garret T2 y radiador de aceite para descender la temperatura del rabioso propulsor.
Todas estas mejoras elevaban la potencia hasta los 117 caballos y tardando sólo 7,9 segundos en alcanzar las tres crifras en su marcador.
Debido al diseño de su mecánica es un coche fácilmente potenciable y con un coste bajo tanto en modificaciones como en mantenimiento en relación a su peso/potencia
Es un coche que si bien no llegó a ser tan conocido y ni mítico como el R5 GT Turbo, si que tiene un buen número de aficionados que siguen apreciándolo y disfrutando de este pequeño deportivo con una caracola bajo su capó.
Video acerca de la historia del Fiat Uno